La granada es uno de los alimentos antioxidantes por excelencia. Las propiedades nutricionales de esa fruta, su sabor, e incluso su colorido la convierten en un ingrediente muy deseado para la cocina de invierno, ya que se ese fruto es de temporada. Si la combinamos con una buena escarola, y, a su vez, la aderezamos con una suculenta vinagreta realizada al estilo "orio" y pedacitos de baicon o panceta bien crujiente, el resultado es inolvidable. Como entrante, o bien como acompañamiento de un plato principal de carne, esta receta de ensalada templada es otro de los indispensables de la época más fría del año.
Ingredientes:
Una escarola fresca, con un buen "grumo" interior de hojas amarillas. Unas ramitas de achicoria.
Una granada.
Doscientos gramos de beicon.
Un diente de ajo.
Tres cucharadas de aceite de oliva.
Una cayena.
Una cucharada der vinagre balsámico.
Sal y pimienta.
Elaboración:
Lavar y cortar la escarola y la achicoria. Reservar en la ensaladera o en platos hondos.
Cortar la granada y separar los granos rojos del fruto.
Cortar el beicon en tiras y reservar.
En una sartén, colocar el aceite y sofreír el ajo cortado en láminas, sin que éste llegue a dorarse. Añadir el beicon y sofreír. Con el fuego ya apagado, añadir la cayena entera, para poder retirarla antes de servir y que sólo entregue su aroma al orio.
Añadir la sal, la pimienta y el vinagre y remover. Servir inmediatamente sobre la escarola.
Adornar la escarola con un puñado de granos de granada por persona o por plato y servir inmediatamente, todavía templada.
Truco:
Esta ensalada está muy rica recién servida, cuando el aliño está todavía caliente, y ayuda a macerar la escarola. Se trata de un plato en el que el vinagre es importante, aunque es preferible añadirlo con medida y poco a poco, porque ese condimento en exceso puede estropear la receta.