No hay nada como una deliciosa tortilla de patata jugosa y tierna. El truco para que las patatas estén tiernas, dulces e incluso untuosas es, por supuesto, tener una buena materia prima. Pero hay algo más. Es importante contar con una buena sartén, que no se pegue, y con un buen aceite de oliva. Una vez cortadas las patatas, hay que colocarlas en la sartén caliente y mantenerlas a fuego vivo durante un minuto, para, a continuación, bajar el calor al mínino y dejarlas freír, prácticamente caramelizar, a fuego muy lento. Dándoles vuelta de vez en cuando, con una cuchara de madera, hay que taparlas y dejarlas cocer en el aceite a fuego muy lento. Si se desea añadir cebolla, que dará un exquisito sabor dulzón a la tortilla, hay que hacerlo al principio, junto con las patatas. Una vez bien hechas y tiernas, se mezclarán con los huevos y haremos la tortilla. Cuidado al darle la vuelta! Y buen provecho. Por la sencillez y bondad de la receta, la tortilla de patata es un plato que ha cruzado fronteras, y es denominada "tortilla española" en muchas latitudes.