Hoy en día podemos encontrar todo tipo de masas para tartas dulces o saladas en todos los supermercados, tanto frescas como congeladas. Hojaldres, brisas, quebradas o filo, todas esas masas son ricas y de total garantía. Pero si se desea ahorrar, o realizar recetas caseras cien por cien, o simplemente nuestra despensa cuenta con los ingredientes necesarios, y olvidamos comprarla, la masa quebrada es muy sencilla de realizar. Para ello, necesitaremos 200 gramos de harina floja o de repostería, 100 de mantequilla, un huevo, 4 gramos de sal y una pizca de azúcar, que dará color al resultado una vez en el horno. Si la masa quebrada ha de ser dulce, para un rico relleno de repostería, habrá que añadir 50 gramos de azúcar glas y sólo una pizquita de sal. Para la elaboración, hay que poner en un cuenco la harina tamizada y añadir la mantequilla pomada. Luego mezclar ambos ingredientes con la yema de los dedos hasta obtener una mezcla arenosa. Seguidamente, hay que incorporar la sal y el azúcar en las proporciones deseadas y el huevo, mezclar con las manos hasta que la masa se una, hacer una bola con ella y cololcarla en un cuenco cubierto con film transparente para dejarla reposar en el frigorífico durante una hora, durante la que tomará consistencia.