Es un magnífico acompañamiento para carnes a la brasa, a la parrilla o a la plancha. También resulta magnífica para tomar con pasta, arroz o una menestra natural de verduras. Esta receta parte de ingredientes naturales, como los rebollones o níscalos, una de las más populares setas de otoño, también conocidos como rovellons, en Cataluña, añisquele, o, simplemente, lactarius deliciosus. Sencilla de cocinar, esta salsa es capaz de sublimar cualquier plato que acompañe. La receta inicial es picante, pero puede eliminarse esa propiedad simplemente no añadiendo chile o guindilla.
Ingredientes:
Un kilo de rebollones limpios y sanos.
Medio kilo de tomate frito casero. Si no se dispone de este ingrediente ya preparado, cocinar de acuerdo con la receta que aparece en los "trucos" de Mundochef, para tener siempre a mano un rico tomare frito casero, pulsando aquí.
Cien gramos de jamón serrano curado, troceado en dados pequeños.
Una guindilla o chile picante.
Dos dientes de ajo y una cucharada de perejil fresco picado.
Sal y pimienta.
Dos cucharadas de aceite de oliva virgen.
Elaboración:
Limpiar los rebollones de tierra o impurezas, con cuidado, con un trapo o pincel, pero nunca debajo del grifo del agua.
Trocearlos y reservar.
Pelar los ajos y laminarlos. Saltearlos en una sartén con dos cucharadas de aceite de oliva. Añadir la guindilla picada sin semillas y el jamón troceado y saltear un minuto más. No dejar dorar los ajos.
Añadir los rebollones troceados y el perejil y saltear.
Añadir el tomate frito previamente, y cocer durante tres o cuatro minutos. Retirar y servir como salsa o acompañamiento.
Truco:
Este mismo tipo de receta sirve para ser cocinada con champiñones o setas de cardo, si no se dispone de rebollones o setas de temporada. También resulta sabrosa, aunque peculiar, dado su sabor, con setas sitake, ahora disponibles en todos los supermercados. El picante puede modularse, o incluso ser eliminado, calculando simplemente la cantidad de guindilla a añadir.