La pimienta verde fresca es una especia muy apreciada por la peculiaridad y potencia de su sabor. Se puede encontrar en pequeñas latas, en su jugo, en la mayoría de los supermercados. Esta salsa, sencilla en su realización, combina perfectamente con carne a la plancha o a la brasa, particularmente con un buen entrecot, un solomillo de ternera o de buey o un magret de pato en su punto.

 

 

La salsa de pimienta verde se cocina en el último momento, instantes antes de servir la carne a la que acompañará. Consiste en calentar una nuez de mantequilla en una sartén y verter una latita de pimienta verde fresca. En ese momento, se deja calentar bien la pimienta verde con su jugo, que habrá suavizado la mantequilla, y se añade media copita de brandy. A continuación, habrá que añadir un "brick" de crema fresca o nata líquida de cocinar, de unos 125 cls. Se sala un poquito, lo justo, y se deja hervir a fuego muy suave, hasta que la salsa adquiera una suave y untuosa consistencia, y un color amarillo verdoso característico de la pimienta verde. Deliciosa!

Hay otra forma más sabrosa, si cabe, de realizar la salsa, y es cocinándola en la sartén donde previamente se haya marcado o "planchado" la carne, ya que el recipiente conservará todos los jugos, que al entrar en contacto con la pimienta el coñac y la nata aportarán un gran sabor. En este caso, habrá que reservar al horno precalentado la carne, y realizar y servir inmediatamente, para que conserve todo su sabor y textura.