La salsa boloñesa es uno de los acompañamientos tradicionales para cualquier plato de salsa. Puede condimentar una pasta fresca o seca, y puede, incluso, servir de relleno para una buena lasaña o un pastel de puré de patata. Con espagueti, macarrones, rigatone, fetuchini o cualquier otra pasta pueden convertir el plato en un buen entrante único, con todos los ingredientes que requiere la buena y equilibrada nutrición.
Para elaborar una buena boloñesa es fundamental contar con carne picada de calidad, de cerdo, ternera o incluso pollo. También los tomates maduros son importantes, así como la cebolla, la zanahoria y un chorrito de buen vino de guisar. Para elaborar este maravilloso condimento, hay que picar la cebolla y las zanahorias en trocitos pequeños y sofreír con buen aceite de oliva. A continuación, es preciso añadir la carne picada y, cuando este todo hecho, agregar un chorrito de vino de guisar, al gusto, para dejar cocer hasta que el alcohol se evapore.
Aparte, hay que pelar y triturar los tomates bien maduros, para elaborar una salsa de tomate natural, con cuidado y un poquito de azúcar, con el objeto de que no quede ácida. Habrá que añadir esta salsa a la carne guisada y dejar cocer o "amigar", como se decía en las cocinas tradicionales, para que los sabores se mezclen. En el último momento, se pueden añadir unas hierbas aromáticas al gusto, como romero, albahaca o tomillo, y la salsa está lista para servir y acompañar un delicioso plato.