¿A quién no le apetece un pastel recién hecho, cubierto con buen chocolate? Una exquisita solución para esos bizcochos que no acabamos de consumir, y que están a punto de quedarse demasiado secos es hacer un puding, o un pastel como el que presentamos. Esta receta combina el aprovechamiento de esos productos que tememos perder, los bizcochos, en este caso, con unos buenos ingredientes, con el chocolate como estrella de sabor. El resultado es riquísimo, y la sorpresa, para los más golosos, es de lo más agradable. Fácil de hacer, económica y con un resultado garantizado, la receta de pastel de bizcocho merece la pena!
Ingredientes:
Una docena de bizcochos de soletilla. En esta ocasión hemos utilizado bizcochos de Calatayud, realizados con las mejores materias primas, y muy afamados por su sabor auténtico y delicioso.
Cuatro huevos.
Una taza (125 cl) de nata de cocinar.
Una taza de leche entera.
Cuatro cucharadas de azúcar moreno.
Una cucharada de harina.
Una tableta de chocolate de cobertura para cocinar.
Tres nueces o cucharaditas de mantequilla.
Fideos de chocolate de colores, para adornar.
Elaboración:
Untar un molde rectangular y hondo con mantequilla, tipo puding o plumcake. Espolvorear un poco de harina.
Ir colocando bizcochos ordenadamente, en sentido longitudinal, hasta completar el molde.
Aparte, en un recipiente, batir cuatro huevos y mezclarlos con la leche, la nata y el azúcar moreno.
Verter sobre el molde, de tal manera que el líquido se reparta entre los huevos y empape los bizcochos.
Introducir en el horno previamente precalentado a 180 grados. Hornear durante unos veinte minutos.
Dejar enfriar levemente y desmoldar.
Aparte, calentar al baño maría la tableta de chocolate con dos nueces de mantequilla, hasta que esté completamente derretido y untuoso, sin dejar de remover.
Colocar el bizcocho boca abajo (la parte que se coció en el interior del molde hacia arriba) en una bandeja. Cubrirlo con el chocolate mientras esté caliente. Adornar con los fideos de chocolate de colores y servir.
Truco: Si se desea un sabor todavía más delicado y se dispone de ello en la despensa, añadir a la mezcla de huevo y nata, antes de incorporarla a los bizcochos, unas gotas de aroma de vainilla. El adorno de este dulce admite tantas variantes como se quiera. También es bonito y está igualmente rico simplemente con su chocolate de cobertura.