¿Qué hay más hogareño, delicioso y fácil de cocinar que un flan de huevo auténtico, al estilo de nuestras madres? El truco está en contar con buenos huevos, si son de corral, mejor, y buena leche, porque esta receta no tiene más misterio que la calidad de sus ingredientes y el cariño con el que se elabore, para sorprender a los nuestros con un postre de aquellos que quedan en la memoria. Sencilla, nutritiva, barata y rápida de cocinar, esta receta es indispensable en cualquier cocina.
Ingredientes, para cuatro o seis personas:
Cuatro huevos frescos grandes. Si son pequeños, añadir uno o dos más, según tamaño.
Medio litro de leche.
Seis cucharadas de azúcar blanco granulado.
El zumo de medio limón pequeño.
Agua, para un Baño María.
Elaboración:
Preparar una flanera grande o varias individuales, según la presentación que se quiera dar al flan.
Colocar una sartén al fuego para preparar el caramelo y calentar en ella dos cucharadas de azúcar, junto con el zumo de limón. Trabajar al fuego con paciencia hasta que tenga un bonito color dorado. Pero, atención, no dejar oscurecer demasiado, porque correremos el riesgo de que el caramelo quede amargo. Antes de que se enfríe, verter el caramelo en la flanera o flaneras, y moverlas para que quede bien distribuido en el fondo de las mismas.
Precalentar el horno a 180 grados.
Batir los huevos y añadir la leche y cuatro cucharadas soperas bien colmadas de azúcar. Mezclar bien.
Distribuir la mezcla en las flaneras, cuyo caramelo ya habrá solidificado.
Colocar en una fuente o cacerola, cuyo fondo habremos cubierto de agua, para introducir al horno al Baño María. Dejar cocer unos veinte minutos. En cuanto estén dorados, podremos retirar los flanes del horno y sacarlos de la fuente o cazuela, para que se enfríen.
Para servir, volcar la flanera sobre un plato con cuidado, ayudados por el filo de un cuchillo.
Truco:
El flan de huevo se caracteriza por tener unos atractivos agujeritos, que invitan a comer. Si se desea un flan más denso o consistente, añadir a la mezcla una cucharadita de maizena o harina de maíz. A la hora de servir, la nata es el acompañamiento ideal para este postre.