A nadie le amarga un dulce, reza la sabiduría popular, y reza bien, porque un "tentempié" sano y natural nunca sobra y estos bizcochos rosquilla elaborados a base de huevo, harina y leche lo podrán demostrar. La receta parte de la cocina popular, a base siempre de productos naturales, y el resultado es indispensable, una vez que se conoce, para el desayuno o la merienda. Suaves y esponjosos por dentro y crujientes por fuera, estos bizcochos merecen la pena. El único truco, unas claras montadas a punto de nieve.
Ingredientes, para una docena de bizcochos rosquilla:
Dos huevos
200 centímetros cúbicos de leche (una taza)
Cincuenta gramos de azúcar blanquilla
Dos cucharadas de azúcar glas
Dos cucharadas soperas de aceite de oliva virgen
250 gramos de harina de fuerza o harina de repostería
Elaboración:
Tamizar la harina con la ayuda de un colador sobre un recipiente y reservar.
Separar la clara de las yemas de los huevos y montar las claras a punto de nieve.
Mezclar las yemas de los huevos con el azúcar y batir. Añadir luego la leche y el aceite. Añadir poco a poco a la harina e ir removiendo, poco a poco, con una cuchara o utensilio apropiado.
Mezclar el preparado anterior, una vez bien batido, con las claras de huevo.
Precalentar el horno a 180 grados centígrados.
Tomar un molde con forma de rosquillas y untarlo con aceite. Espolvorear luego harina sobre el aceite, para que no se pegue la mezcla y quede crujiente y dorado una vez horneado.
Introducir al horno hasta que estén dorados, durante unos quince minutos.
Dejar templar y desmoldar.
Servir con el azúcar glas espolvoreado por encima, con la ayuda de un colador.
Truco:
Si se desea una receta con un plus sano y ecológico, sustituir la harina blanca por harina integral o por harina de espelta, y el azúcar por stevia o por fructosa. El resultado será doblemente dietético, e igualmente sano, sanísimo, porque utilizaremos aceite de oliva virgen de la mejor calidad.