Un día de reunión en torno a la mesa requiere un buen asado, y el cordero, en este caso, cordero pequeño o joven, es una carne ideal para para un banquete de celebración. Muy popular y sabrosa, esta carne recibe en Aragón una denominación especial, protegida y cuidada con mimo y esmero por la denominación de origen "Ternasco de Aragón". La cuidada alimentación del animal y sus características genéticas proporcionan la calidad de "exquisito" a este sencillo plato de asado, originario de la cocina más auténtica y popular.
Ingredientes, para cuatro personas:
Un cuarto de ternasco sin trocear. Puede ser cuarto delantero o trasero, según preferencias. Es recomendable que la carne esté sólo "marcada", no troceada, para que conserve todo su jugo en el asado.
Un kilo de patatas nuevas, pequeñas y enteras.
Un ramillete de tomillo.
Media cabeza de ajos.
Aceite de oliva, sal y pimienta.
Un vasito de vino blanco seco.
Un vasito de agua.
Elaboración:
Precalentar el horno a 200 grados.
Colocar, sobre una placa de asar, el cordero salpimentado, cuatro cucharadas de aceite, los ajos enteros y el tomillo.
Añadir las patatas bien lavadas y sin pelar.
Introducir en el horno y dejar a 200 grados durante diez minutos. Pasado ese tiempo, bajar la temperatura a 180 grados y dejar asar durante una hora.
Rociar con el vaso de vino blanco y poner el agua en el fondo de la lata de asar, para que el ternasco no se seque y se potencien los aromas de sus jugos. En el momento de verter el vino, hacerlo sobre la parte "exterior" del cordero.
Dejar asar otra media hora, hasta que la carne se separe del hueso sin dificultad.
Antes de servir, retirar los restos de grasa del cordero, y trocear en la misma lata, para que no se enfríe.
Servir con la guarnición de patatas asadas.
Truco: El vino blanco puede ser sustituído por vinagre de vino, que conferirá al asado del cordero un sabor intenso. Hay que evitar que el fondo de la placa de asar quede seco en ningún momento. Para ello, vigilar el asado e ir echando agua, poco a poco. Servido con una ensalada de escarola y granada, este plato constituye un auténtico menú tradicional para las celebraciones en el Alto Aragón.