El consumo de calabaza está indicado en casos de gastritis, síndrome de colon irritable o la enfermedad de Crohn. Además, es diurética, al estimular la retención de líquidos y previene los cálculos renales y estimulante del páncreas, lo que la convierte en un alimento muy adecuado para los diabéticos.
La calabaza, hortaliza que se asocia a las temporadas gastronómicas de otoño e invierno, contiene mucha vitamina A y C, y en menor cantidad E, B1, B2, B3, B6. También, como minerales, contiene potasio, calcio, magnesio, hierro, cobalto, boro y zinc, además de folatos, beta carotenos, ácio oléico y otros elementos.
Entre sus propiedades nutricionales, está recomendada como alimento preventivo del cáncer, diurético, depurativo y favorecedor del sistema inmunológico y del aparato digestivo, entre otros aspectos siempre asociados a la mejora de la salud.
Por supuesto, sus propiedades siempre se potenciarán según el tipo de preparación que se aplique a la calabaza, y siempre que se consuma en sazón, y se cocine mediante métodos exentos de grasas perjudiciales o de excesos de sal. La receta de calabaza, a la que se puede acceder en este enlace, es sencilla y sana en todos los aspectos.