Aceites de oliva

 

Todos los estudios científicos coinciden en señalar las ventajas dietéticas de un buen aceite de oliva. Además de formar parte indisociable de la dieta mediterránea, el aceite de oliva puede ser un gran aliado, en la medida adecuada, cuando lo que pretende no es sólo estar sano y en forma, sino perder algunos kilos de más. Un estudio del Instituto de la Salud Pública de la Comunidad de Madrid de la serie "Nutrición y salud" destaca esas ventajas, y propone, entre otras informaciones de gran interés, una serie de guías dietéticas para el consumo de aceite de oliva de gran utilidad.

 

 

Basándose en las recomendaciones marcadas por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), el estudio propone moderar, en general consumo de grasas, limitar la ingesta de grasas de origen animal, embutidos y productos de pastelería y favorecer, en cambio, el consumo de aceite de oliva preferentemente virgen. Con todo, y si lo que se pretende es perder peso, además de estar sano, recomienda medir adecuadamente la cantidad de aceite de oliva a utilizar.

Para ello, recomienda que para un individuo adulto en condiciones normales y sano la dieta debe aportar 2.500 Kcal, de las que 875, es decir, el máximo del 35%, deben ser grasas. De ellas, concluyen, se puede consumir el equivalente a 4,5 a 5 cucharadas de aceite de oliva para todo el día como máximo, sin perder de vista la presencia de otras grasas en la dieta, para no aumentar el aporte total de las mismas.

Respecto a las recomendaciones, se plantea la utilización prioritaria de aceite de oliva; el uso lo más exacto posible de las cantidades recomendadas; la sustitución de la fritura, en la medida de lo posible, por otro tipo de elaboraciones culinarias con menos grasa; y el empleo para cada preparación del tipo de aceite más idóneo, todos ellos en distintas variedades de oliva.

Así, la recomendación es utilizar el aceite de oliva virgen en crudo y para guisos y frituras cuidando la temperatura; de oliva, e incluso de orujo de oliva, para frituras y mahonesas de sabor suave; de oliva de 0,4º, 0,81 o 1º para guisos y otros.

También se recuerda la recuperación de las frutas como postre; el consumo de dulces caseros; la preparación de salsas y aliños con aceite de oliva; huir del consumo cotidiano de precocinados, bollería industrial o comida rápida; el uso preferente de pescados respecto a las carnes; la elección de carnes magras y otros.

 

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